Cuando llegas a Mijas (Málaga) parece que retrocedas en el tiempo. No sólo por poder disfrutar de la belleza que creías perdida. Sino porque te reencuentras con imágenes de tu infancia que parecían perdidas en el libro de tus sueños.
Eso me sucedió al cruzarme con uno de los muchos Coches de Caballos que recorren sus calles.
El sonido de los cascos de la caballeriza precedió a su aparición. Y cuando ésta se produjo, su majestuosidad y belleza irrumpió en mi campo de visión como un relámpago en un día nublado.
Las Jacas adornadas con sus jaezas esperan pacientes la llegada de los turistas y como protagonistas de tan encantador espectáculo se mantienen inmutables ante el objetivo de los curiosos.
Esperando en una fila bien dispuesta, y expuestos al antojo de incansables moscas, los carruajes componen un genuino cuadro, recuerdo de mi niñez.
Qué bonito Mijas, hace muchos años que no voy por el sur, tengo ganas de volver.
No vi esa preciosidad de caballos cuando estuve y que tú nos acercas en este post.
Gracias, me animas a volver.
Un abrazo⚘
Bueno, de esto hace ya bastante tiempo. Mijas era muy conocida, sobre todo, por sus paseos en burro (llamados burro-taxis). El coche de caballo era otra opción más cómoda. Desconozco si siguen ofreciéndose. Las protectoras de animales estaban preocupadas por ello.
Gracias, Yvonne, por pasarte por aquí. Este blog está un poco abandonado, espero poder añadir nuevos contenidos en breve.
Un abrazo.
Pues no lo dejes, apetece entrar.
Un abrazo⚘
Gracias, Yvonne
Aquí tienes mi blog más actual en dónde expongo mi vertiente literaria, muy reciente.
Por si te apetece.
Un Abrazo.